Sentimiento bacteriano
¿Cómo sienten las bacterias?Cuando todo era gases y calor en el primitivo planeta Tierra, las primeras formas de vida que surgieron fueron las bacterias.
Ellas están acá mucho antes que los humanos, que los dinosaurios y otros seres vivos que creemos muy antiguos. Y quizás en ese origen remoto, cuando las condiciones del ambiente eran brutales, radican las espectaculares características de las bacterias, sobre todo su capacidad de “sentir”.
Por eso, en esta web te vamos a contar específicamente del sentimiento bacteriano.
el sentimiento bacteriano
Seguramente sabrás que hay muchísimas bacterias, y que están en todos lados, incluso en el organismo humano. Muchas bacterias son benéficas y necesarias para nuestra salud; otras que no nos hacen nada, y otras nos pueden provocar enfermedades.
Todas ellas “sienten” o captan señales del ambiente que las rodea para detectar dónde hay alimento, saber si hace frío o calor y modificar su comportamiento, o para identificar un posible organismo para infectarlo.
¿Cómo lo hacen? ¿Por qué es importante saber cómo sienten las bacterias?
Para la ciencia y la salud humana este conocimiento puede ayudar sobre todo a controlar las bacterias que causan enfermedades. Por ejemplo, si entendemos el mecanismo que las ayuda a detectar dónde hay alimentos, por ejemplo, podríamos detener su desarrollo. O podríamos inhibir su capacidad de sentir frío y también afectar su supervivencia.
el sentimiento bacteriano
Seguramente sabrás que hay muchísimas bacterias, y que están en todos lados, incluso en el organismo humano. Muchas bacterias son benéficas y necesarias para nuestra salud; otras que no nos hacen nada, y otras nos pueden provocar enfermedades.
Todas ellas “sienten” o captan señales del ambiente que las rodea para detectar dónde hay alimento, saber si hace frío o calor y modificar su comportamiento, o para identificar un posible organismo para infectarlo.
¿Cómo lo hacen? ¿Por qué es importante saber cómo sienten las bacterias?
Para la ciencia y la salud humana este conocimiento puede ayudar sobre todo a controlar las bacterias que causan enfermedades. Por ejemplo, si entendemos el mecanismo que las ayuda a detectar dónde hay alimentos, por ejemplo, podríamos detener su desarrollo. O podríamos inhibir su capacidad de sentir frío y también afectar su supervivencia.
¡Hacia el infinito!
Somos un grupo de investigadores del Laboratorio de Microbiología Molecular y Estructural del Institut Pasteur de Montevideo que buscamos conocer más sobre las bacterias desde un punto de vista molecular, químico y estructural usando diferentes tecnologías.
Por la fascinación que nos generan las bacterias, creamos esta web en la que, usando historietas, queremos contarte cómo hacen las bacterias para “sentir”. Nos imaginamos que las bacterias pueden ser como naves espaciales microscópicas que buscan el mejor hábitat para vivir.
En algunas ocasiones, durante esa exploración, pueden encontrarse con ambientes adversos y allí deben poner en juego toda su maquinaria de adaptación y supervivencia; y otras veces simplemente necesitan encontrar alimentos.
En particular, te presentamos aquí dos bacterias que estudiamos en nuestro laboratorio —Bacillus subtilis y Leptospira— y te invitamos a conocer su mundo a bordo de ellas. ¡Vamos!
¡Pero veamos a nuestros protagonistas!
bacillus subtilis
La bacteria llamada Bacillus subtilis no es dañina para el ser humano, vive tranquilamente en el suelo y ayuda al equilibrio del ecosistema del planeta. Al no ser peligrosa para los humanos, es fácil estudiarla en el laboratorio.
leptospira
Otras bacterias que estudiamos en el laboratorio pertenecen al género Leptospira, que incluye unas cuantas especies (primas hermanas unas de otras). Varias de ellas provocan una enfermedad muy seria llamada leptospirosis.
bacillus subtilis
La bacteria llamada Bacillus subtilis no es dañina para el ser humano, vive tranquilamente en el suelo y ayuda al equilibrio del ecosistema del planeta. Al no ser peligrosa para los humanos, es fácil estudiarla en el laboratorio.
leptos-pira
Otras bacterias que estudiamos en el laboratorio pertenecen al género Leptospira, que incluye unas cuantas especies (primas hermanas unas de otras). Varias de ellas provocan una enfermedad muy seria llamada leptospirosis.